La dosis de dexametasona varía considerablemente dependiendo de la condición que se esté tratando, la gravedad de la misma y la respuesta individual del paciente. Siempre se debe seguir estrictamente la prescripción médica. En general, las dosis pueden oscilar entre 0.5 mg y 10 mg al día, o incluso más en casos severos.
La dexametasona se utiliza para tratar una amplia gama de afecciones, incluyendo: