La fosfomicina es un antibiótico de amplio espectro utilizado para tratar infecciones del tracto urinario no complicadas, como la cistitis aguda en mujeres. Su principal ventaja reside en su administración en una única dosis, lo que facilita el cumplimiento del tratamiento.
Registro y Presentaciones
Existen diversas marcas comerciales de fosfomicina registradas, cada una con su propio número de registro y especificaciones. Algunas de las presentaciones comunes incluyen:
Fosfomicina Cálcica: Polvo para suspensión oral.
Fosfomicina Trometamol: Granulado para solución oral en sobres de 3 gramos.
Es crucial consultar el empaque específico del producto para obtener información precisa sobre el fabricante, el número de registro sanitario y las instrucciones de reconstitución (en caso de presentaciones en polvo o granulado).
Dosificación
La dosis usual para adultos (incluyendo mujeres embarazadas, pero con precaución y bajo supervisión médica) es de un sobre de 3 gramos de fosfomicina trometamol, disuelto en agua, en una sola toma. Es recomendable tomarlo con el estómago vacío, preferiblemente antes de acostarse y después de orinar, para maximizar su absorción y concentración en la orina durante la noche.
Análogos de la Fosfomicina
Aunque la fosfomicina es un antibiótico único en su clase, existen otros antibióticos que pueden utilizarse para tratar infecciones urinarias, dependiendo de la bacteria causante y la sensibilidad a los antibióticos. Algunas alternativas comunes son:
Nitrofurantoína: Otro antibiótico de amplio espectro utilizado específicamente para infecciones urinarias.
Trimetoprima/Sulfametoxazol (Cotrimoxazol): Una combinación de antibióticos que puede ser efectiva contra una variedad de bacterias.
Ciprofloxacino/Levofloxacino (Fluoroquinolonas): Antibióticos potentes que se utilizan para infecciones más complicadas o cuando otros tratamientos han fallado.