La azitromicina es un antibiótico macrólido cuyo ingrediente activo es, precisamente, la azitromicina. Actúa inhibiendo la síntesis de proteínas en las bacterias, impidiendo su crecimiento y multiplicación.
La dosificación de azitromicina varía dependiendo de la infección que se esté tratando y del paciente. Generalmente, se administra una dosis inicial más alta seguida de dosis diarias más bajas durante un periodo de tiempo determinado. Es fundamental seguir las indicaciones del médico y completar el ciclo de tratamiento, incluso si los síntomas desaparecen antes.
La azitromicina (tanto para hombres como para mujeres) se utiliza para tratar una amplia variedad de infecciones bacterianas, incluyendo: